Te compartimos varias claves para poner orden en tu vida y decirle adiós al estrés.
"No puedo con todo', 'He perdido el norte', 'Imposible: no llego'... Si te reconoces en estas frases, ¡calma! Detrás de estas sensaciones suele existir un alto nivel de exigencia.
Para combatir el estrés y poner orden en el estilo de vida, antes hay que identificar esa idea irracional. Es importante reconocerse el privilegio de ser humana y con derecho a fallar, para entrar así en un plano más realista que permita afrontar las obligaciones cotidianas de una manera más eficaz y con menos angustia.
Dale al descanso el valor que se merece.
Si no duermes, no rindes. Una reciente investigación realizada por la Mental Health Foundation, en Reino Unido, ha revelado que las personas que duermen mal o no descansan lo suficiente tienen hasta tres veces más riesgo de sentirse agobiadas y deprimidas y presentan más problemas de concentración. Por tanto, es obvio que la práctica sistemática en la que caen muchas mujeres de ganar horas a la jornada a costa de robárselas al sueño no es viable.
¿Moraleja? Hay que dormir y, sobre todo, mantener unos patrones de sueño más menos estables. Además:
Ten en cuenta tus picos energéticos, (cuando estás más despejada a lo largo del día) y programa para esos momentos las actividades que requieran mayor concentración.
Haz pausas, o mejor, cortes bruscos entre los distintos bloques de actividades diarias. Por ejemplo, hacer algo de ejercicio físico al salir del trabajo ayuda a distanciar la jornada laboral y la familiar.
Rebaja tus niveles de autoexigencia y perfeccionismo.
Ya lo decía la escritora Virginia Woolf: "Que te gusten tus imperfecciones es lo más liberador". Mentalízate, no hay nadie en este mundo que lo haga todo perfecto. Las elevadas autoexigencias a las que se someten los perfeccionistas hacen que la mínima posibilidad de cometer un error les produzca temor, ansiedad y un sentimiento de inutilidad que puede afectar a la autoestima.También es recomendable que sigas estas pautas:
Márcate unas metas realistas: aunque te haga ilusión, tal vez sea mejor comprarle el disfraz de princesa a tu hija que empeñarte en cosérselo tú.
Fíjate límites más o menos estrictos de tiempo para cada tarea que emprendas en casa o en el trabajo.Y sobre todo, sé indulgente contigo misma, y aprende a considerar tus puntos débiles como limitaciones propias de cualquier madre, sin sentirte culpable por ello.
Hazte experta en planificaciones... e intenta cumplirlas
Para gestionar tu jornada de forma adecuada y mantener el control, debes tener muy claro cuál es el tiempo real del que dispones. Si lo haces por escrito, tendrás recorrida una buena parte del camino.
Elabora una lista de todo lo que debes realizar al día siguiente y diferencia lo urgente de lo que puede esperar. Por si acaso, piensa que te llevará más tiempo del estimado. Así no te verás desbordada por los imprevistos, tan frecuentes cuando hay niños pequeños en casa, porque siempre habrá un hueco para estas circunstancias en tu agenda.
Planifica el ocio
Para poner orden en tu vida no puedes olvidarte del ocio. Reserva una hora para charlar con los amigos, para visitar esa exposición de pintura que tanto te apetece o, simplemente, para darte un baño relajante. Nunca encontrarás el momento para estas actividades si no las planificas y el hecho de apuntarlas en tu agenda hace más factible que por fin las lleves a cabo.
Fuente: SerPadres
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